El empresario que ingresó en el sacerdocio sin vocación

Después del verano Antonio Resines vuelve a la carga con una comedia que promete ser la quintaescencia de la caspa para el año que viene. ¿El argumento? Muy serrano: un constructor cae en desgracia por culpa de la crisis económica y para escapar de sus problemas intercambia su identidad con la de su hermano gemelo que es sacerdote. A partir de ahí enredos cañís sin fin. Y si el propio protagonista define a los personajes como «absurdos» mayor motivo para huir de ella como alma que lleva el diablo.