Se acabó la temporada del Internado con más emoción que nunca

Para mi gusto, el de ayer, fue uno de los mejores capítulos del Internado. Emoción, suspense, misterio, intriga. En definitiva lo tuvo todo, y lo que es más importante nos citó para una cuarta temporada de la serie que ya espero con ansia.

Tras muchos intentos por hacerse escuchar Julia consiguió convencer a los chicos de que realmente veía a Cayetano y éste les quería decir algo sobre su muerte. Reunidos en la habitación y a través de un espejo les comunicó quién había acabado con su vida. Y el resultado no pudo ser más sorprendente para los chavales cuando leyeron que Noiret, el padre de Iván, era la persona que le había matado.

Poco antes Noiret había hablado con Iván sobre su patria potestad, la cual tenía las horas contadas. Iván triste y desolado por la noticia le dijo a su padre que no quería alejarse de él, pero que no le volviese a fallar nunca, cosa que creo que ya ha hecho con creces.

Por su parte Nora consiguió liberar a Sandra Pazos, o Irene Espí, de su habitación en los pasadizos, a costa de sacrificar su vida. Poco antes de morir le dijo a Fermín que la había conseguido liberar pero que la seguían muy de cerca. A Fermín, que le habían infectado con un virus mortal, le quedaban pocos minutos de vida, aún así luchó por salvar a la madre de Marcos y Paula. Y lo consiguió. Llamó al jefe de la organización y le dijo que no tenía el cuadro, pero tenía algo mejor.

Y es que descubrimos que la madre de Paula y Marcos es la hermana de Héctor, que en realidad es Samuel Espí. Héctor formaba parte de los vengadores, y fue el único que consiguió escapar vivo del internado gracias a Jacinta, pero para ello tuvo que cambiar de vida y de nombre. Antes de irse le dio a su hermana, Irene, unos diamantes y le pidió que los escondiese. Ahora, años después, gracias a Paula y a los secretos guardados en el libro del Principito ha descubierto donde escondió esos diamantes.

Como era la noche de San Juan todos los alumnos pidieron en la hoguera un deseo, Paula estaba en otros menesteres, por lo que fue Evelyn quién pidió el deseo por ella, ver a su madre, y de una vez por todas se cumplió. Paula vio a su madre, pero a través del cristal de un coche que conducía el jefe de la organización y que llevaba a Fermín de copiloto.

Por tanto, aún queda emoción y misterios para rato, por lo que estamos deseando que vuelva ya el Internado con su cuarta temporada.

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